Om El Camino Para Bolivia
Este peregrinaje fue en homenaje a Bolivia y a aquellos bolivianos que se dedicaron en los años 1990 a fortalecer la construcción de una economía viable, una sociedad equitativa, un ambiente sostenible, un gobierno responsable, una democracia incluyente. No pretendo analizar en detalle las reformas del gobierno sino prestar un reconocimiento de su origen y su intención. Como ocurre con cualquier programa ambicioso de políticas públicas, la implementación de algunas de esas reformas puede no haber estado a la altura de las expectativas, pero sus objetivos eran nobles y merecían un compromiso a largo plazo para lograr su cumplimiento.
Lo que sigue es un diario de mi caminata, un recuerdo del paisaje y de los pueblos y las ciudades de las Comunidades Autónomas de Navarra, La Rioja, Castilla y León, y Galicia, de momentos compartidos con compañeros peregrinos, amigos hospitaleros de albergues y ciudadanos de esas Comunidades que conocí a lo largo de los 800 kilómetros de la Ruta Francesa del Camino. Y entre los treinta y dos tramos de la caminata, incluyo comentarios de amigos y varias autoridades que conocen bien y, en una forma u otra, contribuyeron a las medidas que, según uno de ellos, formaron parte de uno de los períodos "más creativos, si no el más creativo, de la historia contemporánea de Bolivia y dejaron una impronta que aún dura al comenzar la tercera década del siglo XXI."
Finalmente, una nota personal. Tuve el honor de servir como Representante del Banco Interamericano de Desarrollo en Bolivia entre 1994 y 1999. Lo que motivó mi solicitud al Presidente del Banco de asignarme a Bolivia (además, innegablemente, de las hechiceras andinas el Illimani y el Huayna Potosí) fue mi deseo de colaborar con el país para apoyar reformas socio-económicas que se consideraban modelos icónicos para países en desarrollo, en cumplimiento precisamente de la propia misión del Banco.
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