Om Desde la perspectiva de Dios, yo quiero ser un perdedor
Todos queremos ganar y tener en nuestras manos el trofeo, la placa, la estatuilla o la medalla que asà lo confirman. Ya sea en la Copa Mundial, las Olimpiadas, la Serie Mundial, el Súper Tazón, o el Roland-Garros.
Lo que también significa que no es fácil perder cualquiera que sea el territorio donde mostramos nuestras habilidades, a excepción de un territorio: El de Dios; y el autor este libro, se encargará de señalarte con bases bÃblicas ese sendero. En el territorio de Dios, es el único lugar donde: Se gana cuando pierdes. Se consuma, sin consumirse Se recibe cuando das. Se obtiene al renunciar. Se sube al bajar. Se vive al morir.
En el territorio de Dios: El postrero es primero. El que sirve es el mayor. Cuando somos débiles, somos fuertes. Cuando nos humillamos, somos enaltecidos. Ãl es el mejor ejemplo porque Ãl, es León y Cordero. Es Pastor y Oveja, Sumo Sacerdote y Sacrificio, Señor y Siervo. Ãl es amable y severo. Fielmente firme, tiernamente irresistible. Ãl suavemente grita y cuidadosamente truena. Por eso, cuando dice que soy "perdedor", lo que en realidad está diciendo es que soy un ganador.
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