La riqueza es buena salud

Las dos formas de salud más comunes de las que hablar son la salud física y la mental.
El estado de espiritualidad, las emociones y las finanzas tienen un papel en el bienestar general. Los profesionales médicos los han relacionado con la reducción del estrés y la mejora de la salud psicológica y fisiológica. Aquellos en mejor situación financiera pueden estar menos estresados por llegar a fin de mes y es más probable que se den el capricho de comer comidas nutritivas de origen local con frecuencia. Aquellos que están mentalmente bien también pueden estar espiritualmente sanos, ya que tienen un fuerte sentimiento de tranquilidad y propósito en sus vidas. Cuando una persona está físicamente sana, es más probable que sus órganos y sistemas funcionen a niveles óptimos. Esto se puede atribuir a muchos factores, entre ellos la falta de enfermedades. La buena salud es el resultado de muchos factores, incluido el ejercicio regular, una dieta saludable y dormir lo suficiente. Cuando es necesario, se recurre a la atención médica para ayudar a las personas a mantener el equilibrio. Para mantener una buena salud física, es importante adoptar conductas de prevención de enfermedades. Por ejemplo, mantenerse en buena forma física ayuda a proteger y mejorar la salud pulmonar y cardíaca, la fuerza muscular, la flexibilidad y la composición corporal de una persona con el tiempo.