Bøker av Rubén García Cebollero

El poeta en El silencio del bambú nos ofrece un recorrido por los instantes cazados, por el crisol de amaneceres, bajo la luz de una farola, en en el que forja su canto el poeta rey cabra, el poeta samurái, el poeta maestro del eco en otro ejercicio de condensación, del suceso, el momento y el lugar donde calla la vida sobre la cuerda floja del tiempo.

El poeta en La resurrección de las luciérnagas nos muestra la contracción de la claridad frente al oscuro mundo que revela en el exceso, los gestos y el ruido frente al canto rodeado de la iluminación, silenciosa, en un simple suspiro que con densas y pequeñas nadas lo configura todo, igual que el vuelo de un pájaro, sea alondra, golondrina o gaviota, que nos susurra que toda la vida es huella, exterior e interior, con nosotros mismos, con quienes ya no están y con los demás. El poeta nos lleva con los pedazos del espejo, tras los caminos del cometa, con la fugacidad de las ardillas, para iluminar el estremecimiento subversivo de la optimista mirada del poeta rey cabra, el poeta samurái, el poeta maestro del eco en cuyo canto la libertad, la vida y la memoria palpitan con la metamorfosis de un instante de luz entre los dientes, un soplo de polvo bajo las sandalias, y un candil que cuelga del clavo de la nostalgia en el lejano horizonte. La luz anda siempre escasa, y hay que celebrar su fulgor.

Cuando Araceli Gutiérrez Olivares me preguntó por mis haikús, caí en la cuenta que hasta ahora no existía un libro como el que ya puedes leer. Es una obra en la que no solo se recoge una antología de mis haikús, los que he escrito en los últimos 34 años, sino que también incluye algunas notas sobre el haikú, en general, dispersas en otras obras, y a las que he añadido para la ocasión algunas referencias que amplían la aproximación, y el deleite, hacia la forma, así como el acompañamiento final que, como contrapunto, otorgan mis otras formas breves, 41, que, pese a no ser haikús, tienen también la brevedad del relámpago. Espero que esta antología te permita disfrutar de la profundidad y la belleza que despierta el asombro del haikú.

La vida está llena de silencios. El canto del poeta es un breve ejercicio de decisiones, que nos recuerdan qué permanece, las ocasiones perdidas, y qué latido se esconde en los pequeños detalles.Silencios corruptos es el testimonio del poeta que frente al mundo encuentra la forma de la grieta, el sonido de todas las palabras que quisiéramos haber dicho y no dijimos, la ausencia de un tiempo donde el poeta cabra, el poeta samurái, el poeta mago aspira a sonreír igual que un maestro de la palabra en el tiempo.

58 poemas en los que el poeta, con un estilo distinto al de Miguel Hernández, en su Elegía a Ramón SIjé, puesto que cambia el pueblo, el tiempo y la memoria, encara la inesperada pérdida de su abuelo, que también se le ha muerto como del rayo, y a quien tanto quería, y da paso a una retrospectiva en la que no hace falta que aparezcan "las aladas almas de las rosas del almendro de nata", para labrar la tierra poética, oscense, silenciosa y densa. Todo el mundo se puede concentrar en un grano de dolor agudo, o de alegría inmensa. Y así el poeta deshoja las casas y los ríos que construye, o reconstruye, para mostrarnos un decidido itinerario tras las estela de una gaviota. El poemario está dividido en tres partes: Los rebeldes viven siempre en la sombra; Bucean la realidad; y El legado de la gaviota. El libro es una fragmentada elegía, a la memoria del abuelo muerto, al tiempo que un agradecimiento a la poesía, y a sus poetas, por las huellas que dejan para entender el mundo, para cuidarlo y para que nos cuidemos siempre a nosotros mismos, a los demás, y a nuestro entorno. Hay un sentido del honor que conduce al poeta a cumplir la palabra y la promesa que le causa el vuelo de la gaviota, el necesario deseo de volar, cuando más difícil nos resulta, siendo incluso para algunas personas imposible, con el espíritu indómito que amamantan las cabras. Nadie se acostumbra a enfrentarse con los duros trances que depara el destino. Aunque una capa de desesperación, o de tristeza, te pese y te impida batir las alas, no hay descanso posible en esta vida. No hay más remedio que recuperar la forma, y ganar altura. Quizá sea hora de no equivocarse, y de sentir, aunque sea herido, el aliento rebelde aunque con herrumbrosas lanzas nos vuelva a atravesar la vida, el tiempo y la memoria. Una voz poética que busca la esencia de la humanidad, el sentimiento lúcido del mundo y la fascinación por descubrir, por desvelar, la realidad oculta tras las pequeñas cosas que nos devora el común desamparo frente a toda injusticia.