Om EL COBARDE MÁS VALIENTE
PAYO: ¿Hasta cuándo pretendías afrentar nuestras montañas, pues al sol de otras hazañas lucen en ti valentías? ¿Tú eres mi hijo? No aguardes que te dé tal nombre aquí, que no han de llamarme a mí padre de hijos cobardes. Tienes fuerzas superiores al más robusto león, y siempre tus hechos son regalos, gustos y amores. Cuando gano para ti labrando el campo sustento, marcha tú al campo sangriento por blasones para mí. ¿No ves que parece mal un necio entre hombres discretos, entre avarientos sujetos al oro, el que es liberal? Pues ¿qué pretendes, Martín, entre montañeses fieros, tan nobles como guerreros? Vete con Nuño y Laín, tus primos, que con tu tío el Cid, su fama acreditan, cuyas hazañas incitan a un mármol helado y frío.
MARTÍN: Yo no estoy acostumbrado a ver paveses y cotas.
PAYO: Pues ¿a qué?
MARTÍN: A buscar bellotas.
PAYO: Principio tiene el soldado.
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