Om EL CASTIGO DEL PENSEQUE
CHINCHILLA: ¡Gracias á Dios, señor mío, que ha permitido que pises tierra en flamencos países.
RODRIGO: Mala bestia es un navío.
CHINCHILLA: Más que mula de alquiler, si furiosa se desboca; pero, en fin, anda con toca lo que tiene de mujer la deshonra.
RODRIGO: Por la vela, la llamas mujer tocada.
CHINCHILLA: Y porque cuando le agrada, le sirve el viento de espuela. Da al diablo tal caminar; que si una vez tira coces, no servirá el darle voces, ni te podrás apear mientras le dura el enojo sino que a la primer suerte, con ser tan seca la muerte, has de morir en remojo. No hayas miedo, aunque lo mandes, que me mezca la Fortuna segunda vez en su cuna.
RODRIGO: Ya estamos cerca de Flandes. Términos parte con él y con la antigua Alemaña esta apacible montaña.
CHINCHILLA: Flandes todo es un verjel. RODRIGO: Cómo lo sabes?
CHINCHILLA: Así se nos vende en nuestra tierra en lienzos. Allí una sierra; un ameno valle aquí, y en él dos gamos corriendo, que tambien corren en Flandes gamos pequeños y grandes, vanle tres galgos siguiendo, y al trasponer de una cuesta, le atajan dos caballeros mostrando en él sus aceros. Luego, con música y fiesta, dos damas de cardenillo, oyendo el amor sutil de un galán de peregil con un coleto amarillo, que asentado en una puente, a falta de silla o poyo, por donde corre un arroyo del orinal de una fuente, en servirlas se desvela. Luego en un jardín están tres damas con un galán, que tocando una vihuela las entretiene despacio, porque el sol no las ofenda, mientras sacan la merienda de un almagrado palacio con su puente levadiza, seis torres y cien ventanas. Acullá lanzan pavanas, que un flamenco soleniza... Por cualquier parte que andes, todo es fuentes y frescura. Esto es Flandes en pintura, y por esto, no hay más Flandes.
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