Cáncer Un signo del zodíaco

El signo cardinal del agua es Cáncer. El cangrejo, animal acuático que se mueve con gracia entre el mar y la tierra, simboliza la capacidad de Cáncer para existir tanto en el ámbito material como en el emocional. Debido a su aguda intuición, los Cáncer pueden sentir energía en lugares concretos. Por ejemplo, pueden sentir fácilmente la energía de una habitación. Estos cangrejos son ferozmente protectores de sí mismos y muy sensibles a su entorno. Al igual que su animal espiritual celestial, el cáncer está protegido por una dura capa exterior. Estos cangrejos inicialmente pueden parecer distantes o distantes. Pero con el tiempo, los Cáncer muestran sus poderes místicos, su verdadera compasión y su gentil disposición. Sólo prepárate porque conocerlos puede llevar algún tiempo. La devoción, la lealtad y la profundidad emocional de los cánceres los hacen atractivos para amigos y parejas. A estos cangrejos les encanta entretenerse con comida reconfortante y bebidas ilimitadas, y son excelentes anfitriones. Dado que el estómago está regido por el signo de Cáncer, nada agrada más a estos cangrejos que una cena casera. Podría resultar un poco problemático si no le gusta la afinidad de Cáncer por la casa. Aunque caminan en ángulo para evitar una confrontación directa, estos cangrejos celestiales pueden dar un pellizco severo con su estilo pasivo-agresivo único. Aunque lograr que Cáncer se sincere contigo sobre sus problemas puede no ser fácil, si puedes hacerlo sin hacerlos sentir incómodos, establecerás una confianza duradera. La luna, cuerpo celeste asociado con la comodidad, el cuidado personal y la energía materna, rige el signo de Cáncer. Como resultado, los cánceres suelen tener un enfoque doméstico. Les gusta crear refugios cómodos y seguros y luego pasar mucho tiempo allí. Los cánceres se apresuran a aceptar trabajos como cuidadores porque tienen un fuerte sentido del deber familiar. Pero estos cangrejos deben tener cuidado: cuando un Cáncer muestra una implicación emocional en alguien, corre el riesgo de mezclar la línea entre ser dominante y ser atentamente amoroso.