Gjør som tusenvis av andre bokelskere
Abonner på vårt nyhetsbrev og få rabatter og inspirasjon til din neste leseopplevelse.
Ved å abonnere godtar du vår personvernerklæring.Du kan når som helst melde deg av våre nyhetsbrev.
No éramos sino tres amigos. Los dos de la confidencia, en cuyo par me contaba, y el descubridor de la espantosa fuerza que, sin embargo del secreto, preocupaba ya a la gente.El sencillo sabio ante quien nos hallábamos, no procedía de ninguna academia y estaba asaz distante de la celebridad. Había pasado la vida concertando al azar de la pobreza pequeños inventos industriales, desde tintas baratas y molinillos de café, hasta máquinas controladoras para boletos de tranvía.Nunca quiso patentar sus descubrimientos, muy ingeniosos algunos, vendiéndolos por poco menos que nada a comerciantes de segundo orden. Presintiéndose quizá algo de genial, que disimulaba con modestia casi fosca, tenía el más profundo desdén por aquellos pequeños triunfos. Si se le hablaba de ellos, concomíase con displicencia o sonreía con amargura.-Eso es para comer -decía sencillamente.
Al finalizar el siglo XVIII, fue terror de la Sierra Grande que dominaba desde su misteriosa guarida del Champaquí, el bandido cordobés Nazario Lucero. El cerro famoso, con su laguna que "brama" cuando lo pisa el forastero, sus nieblas de extravío, que "salen" justamente de la cumbre como espectros allí agazapados para inducir al caminante por el despeñadero fatal, y su permanente estado de repulsión eléctrica, que engendra el granizo sin nubes y ahuyenta a los cóndores, hallábase entonces cubierto hasta su mitad por tupida selva donde no lograba penetrar el mismo viento: tanta era, decían, la trabazón de la arboleda. No podía haber elegido el bandolero mejor fortaleza natural, y la leyenda habíase encargado de aislarla más, con el terror del sortilegio.
El payador fue en su origen un ciclo de seis conferencias que dio Leopoldo Lugones, en 1913, en el teatro Odeón ante la gran mayoría de los políticos y literatos argentinos de la época. Luego viajó a Europa y regresó a la República Argentina al inicio de la Primera Guerra Mundial. Una vez de vuelta, recopiló este material, le añadió cuatro nuevos capítulos, y lo publicó bajo el nombre de El payador en 1916, centenario de la Independencia argentina. Este libro retrata la vida y costumbres del gaucho en la pampa, en particular del payador, cantor errante de romances. Lugones establece una relación directa entre el Martín Fierro y obras como La Ilíada de Homero, el Cantar de Mio Cid, y la Divina Comedia.El gaucho influyó de manera decisiva en la formación de la nacionalidad por ser elemento conciliador y a la vez diferencial entre el indio y el español. Todo cuanto es origen nacional viene de él: la guerra de la independencia, la guerra civil, la guerra con los indios. No lamentemos, sin embargo, con exceso su desaparición que fue un bien para el país, porque el gaucho contenía un elemento inferior en su parte de sangre indígena.
Abonner på vårt nyhetsbrev og få rabatter og inspirasjon til din neste leseopplevelse.
Ved å abonnere godtar du vår personvernerklæring.