Juegos Olímpicos Antiguos

Varias facciones compitieron por el poder y el prestigio al determinar quién gobernaría los Juegos Olímpicos y el refugio. Según Pausanias, la gente de Pisa contrató a Pheidon de Argos para que se hiciera cargo de los juegos en el 668 a. C. después de que capturó con éxito el santuario de la ciudad de Elis. Elis recuperó el poder al año siguiente. Durante los primeros doscientos años de su existencia, los juegos solo tenían un significado religioso en sus respectivas regiones. En los primeros días de los Juegos Olímpicos, solo competían los griegos locales. Los atletas del Peloponeso tendían a desempeñar papeles principales en narrativas triunfantes, lo que demuestra este punto. De manera similar, la idea de que la energía física se estaba desperdiciando de manera ritual puede remontarse a los albores del atletismo griego, que evolucionó a partir de la socialización y glorificación de los rituales de caza prehistóricos. Para enfatizar los ideales griegos de entrenar el cuerpo para estar tan en forma como la mente, los griegos organizaban sus competencias en espléndidas instalaciones, con premios y desnudez. La creencia de que los griegos crearon el deporte surge de su cosmovisión y sentido de superioridad atlética. Con el paso del tiempo, los eventos olímpicos crecieron en popularidad y finalmente se incluyeron en los Juegos Panhelénicos, una serie de cuatro competencias espaciadas cada dos o cuatro años pero programadas de tal manera que al menos un conjunto de eventos ocurriera anualmente. Los Juegos Olímpicos fueron los más prestigiosos de los Juegos Panhelénicos, que también incluyeron los Juegos Píticos, los Juegos Nemeos y los Juegos Istmicos.